Mi experiencia en trabajo con portafolio de evidencias en bachillerato ha sido satisfactoria. Mediante este instrumento de evaluación sumativa, tanto el alumno como el docente pueden verificar el avance que se va teniendo en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un portafolio bien aplicado da certidumbre a la evaluación al mismo tiempo que permite al docente reforzar a tiempo los espacios donde van quedando vacios en el aprendizaje.
Citando la "Guía del maestro multigrado" (SEP-CONAFE, 1999, pag 46):
"Las características que debe tener un instrumento de evaluación para retroalimentar el proceso enseñanza-aprendizaje son: que tenga validez, es decir, que los resultados correspondan a los objetivos que se pretenden alcanzar; sistemático, que corresponda a una planeación previamente establecida sobre los criterios a evaluar; ... acumulativo, que reúna una serie de datos que informen sobre los avances; ... funcional, que ayude a detectar las necesidades del alumno... integral, que tome en cuenta las manifestaciones de la personalidad (cognoscitivo, afectivo y psicomotor) del alumno.
Observando los elementos anteriores, podemos verificar que el portafolio de evidencias, ya sea tangible o digital, se adapta a dichas necesidades, por lo que puede considerársele un excelente instrumento de evaluación.
En mi trabajo en nivel primaria, el portafolio de evidencias está siendo apenas un elemento de evaluación, por lo que aún no puedo ahondar sobre el uso en grupos de nivel básico.
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